Este año más que nunca, la vuelta al cole supone un reto especial debido a la pandemia, y por ello, deseamos que nuestros hijos vayan a clase con defensas y energía. Para conseguir esto, podemos mejorar la alimentación de los más pequeños proporcionándoles un desayuno saludable, crear desayunos ricos y sanos como, por ejemplo: yogur con arándanos y cereales sin azúcar con una cucharada de miel, avena hecha en leche o bebida vegetal con cacao puro y pasas, yogur con nueces y mango, natillas saludables de avena sin azúcar, arroz con leche o bebida vegetal sin azúcar, tortitas de arándanos sin azúcar…
No nos podemos olvidar de las medias mañanas, ya que deben ser adecuadas a los requerimientos energéticos de los niños. Algunos necesitarán un bocadillo y para otros, será suficiente con unos frutos secos y una pieza de fruta. Cada niño es diferente, pero en uno u otro caso, pero debemos elegir siempre opciones sanas de comida real, evitando productos azucarados, bollería industrial, zumos envasados o chucherías, por ejemplo.
Si los niños comen en el comedor escolar, deben merendar eligiendo opciones sanas como, por ejemplo: fruta, yogur, frutos secos, un bizcocho casero sin azúcar, una tosta de aguacate con semillas, bocadillo de queso fresco con tomate, bocadillo de jamón serrano…
Por último, en lo que se refiere a las cenas, deben estar programadas según el menú de la comida, eligiendo siempre según las siguientes proporciones: proteína (25 % plato de Harvard), verdura (50% del plato de Harvard) e hidratos de carbono como batata, patata o arroz integra (25 % plato de Harvard). Siempre habrá fruta como postre, y así, conseguiremos que una de las comidas principales sea sana y completa, con los requerimientos nutritivos adecuados.
¿CÓMO REFORZAR LAS DEFENSAS DE LOS PEQUES?
Para mejorar las defensas de un niño de manera natural, debemos asegurarnos de que se alimente bien y procurar que tenga un sueño reparador y de calidad, siendo también importante que realice ejercicio a ser posible al aire libre.
Como suplementos naturales podemos utilizar:
- Probióticos: que favorecen la microbiota intestinal mejorando el sistema digestivo. Además, las bacterias intestinales buenas son la barrera de defensa principal para el sistema inmune de los niños ya que con una microbiota (flora) adecuada, modulamos el sistema inmunológico para que tenga un funcionamiento correcto.
Existen preparados probióticos y simbióticos especiales para niños, siendo necesario el asesoramiento farmacéutico para evaluar el más adecuado a las necesidades individuales. Por ejemplo, si es asmático, tiene piel atópica o intolerancias alimentarias, existen probióticos especiales para estas patologías con cepas específicas, por lo que el farmacéutico sabrá cual es el mejor para cada situación. Se recomienda tomarlo preferentemente, siempre que el niño esté enfermo, que tome antibióticos o cada 3/4 meses con los cambios de estación para mantener la microbiota en condiciones óptimas.
- Aceites esenciales: se aplican de forma tópica, en difusión y en mayores de 3 años se puede administrar vía oral.
Se utilizarían principalmente en otoño, con la vuelta al cole y con la aparición de los catarros y afecciones de las vías respiratorias. En época de epidemias virales, es adecuado utilizar Eucaliptus radiata, Ravinstara, Niaulí, con propiedades antivirales, inmunoestimulantes… Dependiendo del aceite, se puede usar en difusión o tópico mezclado con un aceite vegetal.
La aromaterapia debe ser utilizada bajo la supervisión de un médico o farmacéutico especialista en aromaterapia, ya que son principios activos con gran potencia que deben ser quimiotipados, es decir, indicar su composición y la cantidad de moléculas que lo integran .
- También existen preparaciones con Betaglucanos de Plerotus ostreatus y vitamina C en forma de jarabe infantil, que proporcionan una intervención inmunomoduladora a nivel celular y humoral que favorecen una menor frecuencia de aparición de episodios recurrentes por infección del tracto respiratorio.
En definitiva, cualquier tipo de suplementación natural debe estar aconsejada por un profesional con formación específica como un médico o farmacéutico.
Una alimentación basada en productos naturales, con consumo diario de fruta y verdura mejora las defensas y la salud de los niños y les proporcionará energía para realizar sus actividades diarias.
